domingo, 11 de enero de 2015

Las nuevas nociones de propiedad


Un bien convencional, tiene un valor material, es finito, no replicable.

Compartirlo implica depreciarlo. 
Esto quiere decir que es imposible que un bien en manos de su dueño, si es repartido entre más personas, siga valiendo lo mismo.

Si tengo un pan compartirlo implica que voy a comer menos pan. Si tengo un terreno, para compartirlo reduciré mi terreno, etc.

El hecho de que compartir implique un perjuicio por sobre quien adquirió el bien, produjo que el dueño del bien no se viera motivado económicamente a compartir, sino a proteger lo disponible de los demás.


Un bien virtual presenta un panorama completamente diferente.

Tiene un costo para ser producido, pero una vez superado esto, el costo para ser reproducido es prácticamente nulo.

Y si es compartido, ningún consumidor al hacerlo (gratuita o rentadamente) pierde parte del valor de ese producto. 
(Aclaración: En realidad hay una depreciación del bien, pero es la misma para el que lo comparte que para el que no la hace, por eso no la estoy considerando en este apartado)

En otras palabras, la realidad de los bienes virtuales no obliga a establecer una cadena productiva convencional. A priori, los productores y vendedores de recursos no tienen el control del fin del producto.

Hace ya varios años que buscando salvaguardarse, las grandes compañías (musicales, cinematográficas, de software, etc.) buscan nuevos formatos para poder restringir la posibilidad de consumir la nueva clase de bienes.
La verdad es que partieron con desventaja temporal, no previeron lo que se venía. Pero se están acercando.  

Tecnológicamente considero que es cuestión de tiempo para que se pueda restringir este “pseudo-mercado virtual”. Sin embargo, estos años de “anarquía” abrieron la mente de mucha gente a pensar alternativas, y ese es el verdadero impedimento que se encuentran para hacerlo.


Como consumidores no miramos con los mismos ojos un bien virtual de un bien material.

Y como desarrolladores tampoco.
Richard Stallman, programador precursor del software libre es un ejemplo de ello:



La noción de propiedad y sus clasificaciones se vienen reformulando desde el principio de nuestra cultura, ¿Se acerca el momento de una nueva concepción? ¿Qué pacto estamos dispuestos a hacer al respecto?