El otro día cuando iba a comprar al supermercado me percataba de una diferencia más
entre el dueño y yo. Por no decir, la diferencia fundamental.
Y es el
tiempo que disponemos.
Había
“promociones” llevate 2 en lacteos y tenés 35% en la segunda unidad, pero no si
es precios cuidados, llevate 3 por 2 en panadería, promociones para productos
cuyos peso en el envase van cambiando estratégicamente para confundir a cualquiera, productos que son más baratos comprando dos de 500gr que uno de 1kg, cheques de descuento para la próxima compra, días de descuentos para jubilados, o con débito, o con crédito, o lo que se te ocurra, etc...
Toda
esa clase de “pseudo-promociones” se basan en el siguiente dilema:
"Si uno
tarda tanto en dilucidar lo más conveniente, perdió lo ahorrado del precio en
tiempo personal.
Si uno
elige, sin tomarse el tiempo, no elige la mejor opción y paga más."
El
supermercado pone las reglas, con todo el tiempo a su disposición para planificarlo y finalmente se reposa, esperando que lleguemos, para plantearnos el dilema una vez más...