domingo, 18 de octubre de 2015

La verdadera hegemonía de medios

Usando un recurso digno de los mejores periódicos, titular sugiriendo algo que el contenido de la nota no va a reflejar, o tal vez si, me parece importante el aspecto que voy a mencionar hoy.

Hay ya mucho debate sobre el control de la opinión, hasta qué punto las opiniones de las personas condicionan al medio y hasta qué punto el medio condiciona a la opinión de las personas. Es una discusión muy difícil que al menos por ahora no tengo interés en tocar.

No hace falta aclarar que en el mundo y también en nuestro país, hay considerables partes de la población en las cercanías o bajo la línea de pobreza.

Ahora bien, ¿Qué porcentaje de los medios de comunicación está destinado y comparte los mismos códigos que ese estrato de la población?

He tenido la lucidez de escuchar detalles en distintos comentarios de periodistas, conductores, locutores, etc., pertenecientes a diferentes medios, respecto a cuestiones de la vida cotidiana y verificar, con poca sorpresa, que la enorme mayoría no tiene la menor noción de las costumbres y formas de vida de los pobres y en parte de las clases medias. (Por citar un ejemplo mínimo que me viene a la memoria, personas sorprendidas por la “desconocida expresión” “corta la bocha” de Ivo Cutzarida)

http://argentina.indymedia.org/process/about.php

Después existen algunos pocos programas que muestran realidades de vida como si fuera un documental de la National Geographyc, muchas veces con la intención de generar contrastes fuertes al punto de llamar la atención del espectador, queramos creer, con buenas intenciones.

Mucha gente se queja diciendo que la cultura villera ya perdió los valores del trabajo, en algunos casos es cierto, pero en muchos otros no, y sería bueno generar contenidos que incluya realmente a esos espectadores. Porque si yo fuera ellos, no me vería reflejado en lo que se muestra, y por ende no tendría en cuenta lo que digan esos programas, comunicadores o espectadores.

Probablemente, aunque no sé hasta que punto, el público pobre no es el más redituable para un medio de comunicación privado. Y por ahí pasa ese desinterés por empatizar.

Aclaración importante, con esto no quiero decir que cambiando el enfoque de medios respecto a las clases bajas se van a solucionar los problemas estructurales que existen, para lo cual se requiere más del Estado y de la participación ciudadana. Sólo comento que me parece una actitud hipócrita de los medios pedir cosas, cuando desde el mismo lugar la visión sigue siendo muy obtusa. Ellos también deben asumir su parte como actores del entramado cultural-social. 

A la cuestión de los códigos populares se le suman otros estratos cuyo mensaje no se replica con suficiente intensidad, estudiantes, científicos, organizaciones sociales, de cultura alternativa, etc.

Afortunadamente, muchas veces por iniciativas de comunidades pequeñas, surgen radios barriales o plataformas en internet en respuesta a estas desigualdades. Generando contenidos más cercanos a “esos otros oyentes” y no imponiendo un estándar para determinar qué es lo que le interesa a la gente y qué no. A partir de ahí, es cuestión de que cada uno elija lo que quiere consumir.

Cito una como ejemplo que hace unas semanas una conocida me compartió http://www.poderradial.com.ar/
Por suerte hay cada vez más emprendimientos de este tipo.


Hablando en general, si se quieren promover valores primero hay que escucharse sinceramente. La comunicación sirve para acercarnos. Pero si yo no te hago sentir que somos iguales en algún punto o tenemos cosas en común, “¿Cómo puedo llegar a convencerte de compartir nuestras ideas?”

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