domingo, 12 de julio de 2015

Comentario sobre el dilema de los supermercados

El otro día cuando iba a comprar al supermercado me percataba de una diferencia más entre el dueño y yo. Por no decir, la diferencia fundamental.
Y es el tiempo que disponemos.

Había “promociones” llevate 2 en lacteos y tenés 35% en la segunda unidad, pero no si es precios cuidados, llevate 3 por 2 en panadería, promociones para productos cuyos peso en el envase van cambiando estratégicamente para confundir a cualquiera, productos que son más baratos comprando dos de 500gr que uno de 1kg, cheques de descuento para la próxima compra, días de descuentos para jubilados, o con débito, o con crédito, o lo que se te ocurra, etc...


Y la verdad es que tomándose un tiempo considerable se puede llegar a dilucidar cuál es la alternativa económicamente más conveniente para cada producto que compramos. ¿Pero cuánto tiempo hay que dedicarle a esto?

Toda esa clase de “pseudo-promociones” se basan en el siguiente dilema:


"Si uno tarda tanto en dilucidar lo más conveniente, perdió lo ahorrado del precio en tiempo personal.
Si uno elige, sin tomarse el tiempo, no elige la mejor opción y paga más."


El supermercado pone las reglas, con todo el tiempo a su disposición para planificarlo y finalmente se reposa, esperando que lleguemos, para plantearnos el dilema una vez más...



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todo esto evaluando un único supermercado... si a esto le sumamos el considerar entre varios supermercados aún se hace más complejo. Qué me conviene más? el chino, el express, el hiper? Supermercado Fulanito, que tiene más variedad pero precios más caros, o Menganito, cuyos precios son de lujo pero cuenta con poca oferta?? Se hace interminable el tiempo perdido en esto.

Mariano Gabriel dijo...

Gracias por comentar!!

Totalmente, el entramado se hace más complejo aún y la competencia de precios no es lo que se logra, sino la comparación de otros apartados como: días de descuento, calidad, marketing, cercanía, etc.

Que la mejor alternativa no sea evidente para los consumidores es la gran ventaja con la que juegan.