viernes, 26 de diciembre de 2014

El fenómeno de la chequeología


En nuestros días nadie sabe que es verdad y que no. Pero no hablamos de cuestiones complejas, donde podría estar en discusión si hay una sola verdad, o si se puede determinar la misma.  Estamos hablando que no se puede saber si en la mochila hay 10 o hay 20.

Según la intencionalidad del que te lo cuente podés tener 5, 15, 25, puede estar mal que sepas cuanto tenés, puede ser cualquier cosa.

Entonces vas con distintas fuentes:
Vos: “Che, quiero saber ¿cuánto tengo?” A: Tenés 8
Vos: “Che, quiero saber ¿cuánto tengo?” B: Tenés 10
Vos: “Che, quiero saber ¿cuánto tengo?” C: Tenés 19
Vos: “Che, quiero saber ¿cuánto tengo?” D: Tenés 21

Y ya exhausto porque te pasaste todo el día viajando, ya sin ganas de pensar para que lo ibas a usar, haces un promedio y resolvés que tenés 15.
Un amigo tuyo, más impaciente, se quedó con la primera que le dijeron y piensa que tiene sólo 8.
Otro amigo, más optimista, cree que tiene 21.

La verdad ninguno la puede saber realmente.


Es un problema muy serio no tener coincidencias en cuestiones elementales. Imposibilita cualquier tipo de construcción colectiva. Históricamente los debates parten de diferencias ideológicas, pero nunca de apreciación numérica.


Más triste aún es que un dato, como ya no es objetivo, te identifica con un pensamiento. 
Ejemplo: Si para mi la inflación es X y la oposición dice que la inflación es cercana a X, soy opositor, si es lejana, soy oficialista. Lo cual, como estudiante de una disciplina afín a las ciencias exactas, es un error gravísimo. 
Un dato debe ser objetivo, amoral, apartidario, etc. Si la dispersión entre valores es muy alta significa que debe reverse la medición y no especular, desprestigiar, sólo corregir la medición.

Ante todos estos conflictos afortunadamente la creatividad humana prevalece. Y es que si la objetividad ya no la pueden nutrir quienes antes lo hacían, porque son parte de una u otra manera, nuevos grupos de personas, de diversas profesiones, dedican su tiempo a chequear la información que se comunica.

(Con conocimiento de causa, por hacer alguna que otra investigación personal, les puedo asegurar que el trabajo de chequeo de información es extenuante. Lleva cantidad de tiempo enorme que el ciudadano promedio no dispone).

Con esto me refiero a páginas como: chequeado.com


Chequeado, el proyecto principal de la Fundación La Voz Pública, es un sitio de internet no partidario, que tiene como finalidad hacer un cotejo informativo de las declaraciones de políticos, economistas, empresarios y personas públicas, medios de comunicación u otras instituciones formadoras de opinión. La intención de Chequeado.com es ayudar a reducir el margen de impunidad intelectual en aquello que se dice, se escribe, se promete, se critica o se oculta
Como tanto políticos como medios son actores, se evalúa, contrastando con otras fuentes, la veracidad de sus declaraciones o publicaciones.

Obviamente tampoco es para confiarle todo el valor de verdad, pero es muy valorable como las notas brindan información concreta, con la fuente bien indicada y sin subjetividades que dificultan el análisis personal.  

La tecnología y la participación activa de manera colectiva una vez más trae soluciones para problemas que las estructuras tradicionales no pueden brindar. Para ámbitos relacionados a información, educación, comunicación, comercio, seguridad, etc.

Pregunta para el lector: ¿Sería bueno no tener la necesidad de estos nuevos emprendimientos?
O ¿es consecuencia de un progreso en la concepción que tenemos de la información que llega a nosotros?


Sea cual sea la respuesta, para la situación actual, que bueno que existan proyectos como esta página. Recomiendo que le echen un vistazo y seguramente se enganchen como yo...


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